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El otro tu Espejo


 

Escuchamos constantemente que el otro es tu espejo, que lo que está en el otro o lo que ves en otro está en ti, y por eso se puede reconocer, pero muchas veces mal interpretamos este esta premisa ya que, creemos que todo lo que el otro hace nosotros lo hacemos, a veces creyendo que las mismas actitudes del otro son las actitudes que nosotros mismos tenemos. Realmente cuando el otro espejo necesitamos ver al menos tres facetas diferentes del espejo:

La primera, es cómo actuamos nosotros hacia el mundo exterior

La segunda cómo actuamos nosotros hacia nosotros mismos y,

La tercera cómo el otro refleja patrones acontecimientos o emociones que no han sido sanadas, ya sea desde la infancia a la adolescencia o algunos eventos de vida que hayan sido relevantes.

De acuerdo con la primera premisa cuando hablamos de que el otro es nuestro espejo nos referimos a que realmente el otro refleja actitudes que nosotros tenemos hacia el mundo exterior a veces nos guste o no, y es muy difícil reconocerlo como algo propio porque es a veces y difícil reconocer nuestra propia sombra. El otro nos muestra algo que queremos mantener oculto que tratamos de controlar y que muchas veces solo dejamos visible en los entornos más privados como el hogar. Esas actitudes que nos molestan a veces de egoísmo, de violencia o de tacañería que nos pueden ser dolorosas que tantos nos están mostrando eso es lo que en nosotros necesita un cambio. La pregunta para hacerse es ¿En que situaciones actúo yo así? La respuesta es el inicio del trabajo de consciencia y transformación interior.

En la segunda premisa, cuando el otro refleja de nosotros lo que hay en nuestro interior,

puede ser que el otro nos esté mostrando la forma en que nos tratamos a nosotros mismo, es decir si vemos una persona que juzga demasiado y eso nos molesta o que es realmente controladora y eso nos molesta o una persona que también es egoísta o tacaña pero no logramos reconocer esta actitud en el exterior y realmente te dices yo no le hago esto nadie yo no soy tacaña con nadie de hecho puedo ser una persona muy generosa tampoco soy controladora con las personas a mi alrededor y puede ser que tampoco juzgue en el exterior. Pero ¿qué pasa si estos comportamientos son comportamientos que has desarrollado a través de tu juez interior de esa vocecita de conciencia interna que lleva y maneja tu vida? es decir ¿qué pasa si se lo das todo a todos y eres una persona completamente entregada, pero a la vez te lo quitas a ti? no sabes darte y a veces tampoco sabes recibir esto es un reflejo de tacañería, que puedes ver en el exterior. O tal vez que pasa si tú no juzgas si realmente aceptas a los otros como son y das bienvenida a tu vida a todos y tienes la capacidad de aceptarlos por lo que son, pero internamente te juzgas constantemente por lo que haces mal o por lo que no haces o dejas de hacer si constantemente tienes un juez interior activo que todo el tiempo está dictando tu vida. Vale la pena revisar si el espejo de afuera a te está mostrando esas actitudes que tienes contigo. De igual forma pasa con la violencia muchas veces no somos violentos en el exterior pero si somos violentos con nosotros mismos, y es que hay muchas formas de violencia, no es solo la violencia física es también el maltrato emocional y conozco más de una persona que se maltrata emocionalmente cuando no se permite sentir lo que siente, cuando descarta sus emociones, cuando no está pendiente de sus necesidades tanto emocionales como físicas entonces el mundo exterior muestra qué es eso que te quitas es eso que te violentas, qué es que te juzgas y qué es eso que controlas dentro de ti. Claramente a veces hay algunos de estos rasgos que pueden tener unas connotaciones positivas es decir el control en una forma justa y en una medida justa puede ser muy bueno para sobresalir en ciertos campos de la vida, el juicio de la misma forma impide caer en unos en malos caminos, impide que hagamos daño a otros y nos conecta un poco con la empatía no obstante cuando ese exceso puede ser un gran bloqueo para la vida.


En el tercer aspecto, el espejo refleja aquellas heridas que no hemos podido sanar, es decir, cuáles relaciones con personas de una infancia, adolescencia o de la adultez, llevamos cargando por mucho tiempo con las heridas abiertas que no hemos sabido sanar. Las personas del mundo exterior con sus comportamientos nos traen a nosotros mismos esa idea de lo que hay para sanar, es decir no significa que tú hagas lo que hace el otro ni al exterior ni al interior, sino que simplemente están trayendo para ti un reflejo de aquellos patrones que no han sido sanados y que aún duelen y pesan en tu inconsciente. Si sientes por ejemplo que hay violencia en el exterior y no sientes que te violentas o violentas a otros, vale la pena mirar si en algún momento viviste situaciones violentas que te dejaron de alguna forma traumatizado o dolido y revisar esas emociones para sanar los eventos y para dejar de vivir el mundo exterior los acontecimientos que ya sucedieron. Sabrás que la forma en que vives las actitudes de otros, está más relacionada con tu propia perspectiva interior y no con lo que el otro hace es decir una actitud de alguien puede ser totalmente irrelevante para otras personas y para uno mismo puede detonar una cantidad de emociones que invitan a revisar ¿qué es eso del espejo que se está activando? Así que la próxima vez cuando veas o pienses que el otro es tu espejo, no te limites a pensar que el otro es lo que tú eres, si no siempre recuerda revisar mínimo estas tres facetas del espejo.

Por Mónica Naranjo

Especialista en Psicología Transpersonal, hipnoterapeuta clínica


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